El topacio puro es incoloro y transparente, cualidad que se conoce como alocromática. Debe sus diferentes tonalidades a la presencia residual de elementos como el cromo, el hierro y el manganeso.
Los griegos antiguos creían que el topacio les proporcionaba fuerza. En Europa, durante el Renacimiento, la gente creía que el topacio podía romper hechizos mágicos y disipar la ira. Durante siglos, muchas personas en la India creyeron que llevar un topacio encima del corazón garantizaba longevidad, belleza e inteligencia.